Muchas veces he pensado (pensar demasiado es malo, todos lo sabemos) lo poco que vale una vida. Es efímera, corta, pusilánime, inútil. Pocas veces una vida marca una diferencia. Sencillamente, es una vida más.
En el fondo todos somos unos perdedores asquerosos que deseamos ahogar nuestra asquerosa existencia entre tragos de alcohol, drogas varias y sexo. Porque en el fondo sabemos que la vida no vale la pena, que no es más que un conjunto de momentos de mierda aburridos que intentamos llenar a base de tragos de alcohol, drogas varias y sexo.
Rendirse siempre es la vía fácil. Ahogarse entre tragos de alcohol, drogas varias y sexo es la vía fácil.
La vida no vale una puta mierda. Pero tú, y sólo tú, puedes hacer que valga la pena.
Parece mentira, pero con todos los avances tecnoógicos, científicos, y demás, que hemos realizado a lo largo de la historia, seguimos siendo los seres mas tontos y estúpidos que existen.
¿Por qué sino, nos empeñamos en sufrir? En lugar de huir del dolor, y buscar siempre lo fácil, favorable e incluso hasta beneficioso, nos encanta meternos en los asuntos que mas daño nos hacen.
Ya sé que hace tiempo hablé del tema de no rendirse y luchar por lo que se quiere aunque se sufra, pero, la cuestión no es esa. La pregunta es, ¿por qué queremos siempre aquello que nos provoca sufrimiento? ¿Tiene algún sentido? Sí, que si sale a la larga resulta más placentero.
Bien. Yo me pregunto, que es más placentero, pasarlo como el culo, para lograr algo, o tirar siempre por el camino sencillo y obtener también resultados positivos, aunque no los valoremos de igual manera. No soy quién para decir que hago lo segundo precisamente, pero por lógica, parece que es lo que deberíamos hacer todos, ¿no?
Sin embargo, nos encanta ahogarnos en un vaso de agua, nos obcecamos con algo y no somos capaces de ver que ahí fuera hay mucho mas de lo que queremos ver. Y digo queremos, porque por mucho que se niegue, cuando estas encabezonado con algo, por mucho daño que te haga, no te lo quitas de la mente.
El dolor es como una droga. Es malo, pero engancha. A veces demasiado, y hace que nuestra mierda de vida, que dura menos de lo que creemos, acabe siendo una tercera parte de mierda, otra tercera parte de dormir, y la otra tercera parte se va entre trabajo, comidas, y algunos momentos buenos.
Vaya mierda de vida pues.
Un brindis, por los que al leer esto, se dan por aludidos, y pese a ello no van a cambiar. Porque huir del dolor es importante. Buscar la felicidad también. Pero no renunciar nunca a tu forma de ser, es algo que no tiene precio.
Miras hacia atrás y piensas en los años que tienes y en los años que te quedan. Y te das cuenta de que acabas de tirar a la basura al menos un cuarto de tu vida. ¿Acaso has hecho algo de provecho? ¿Acaso has hecho algo que vale la pena?
Si quieres conseguir diferentes resultados no actúes siempre de la misma manera.