domingo, 31 de agosto de 2008

¿Por qué sufrimos?

Una vez, hace ya muchos años, un hombre sabio dijo que el sufrimiento nace del deseo, por lo que la vida debe encaminarse en la búsqueda de la supresión del deseo. Ese hombre sabio se llamó Buda.

Ahora bien, ¿qué quería decir Buda? Lo que quería decir es que los seres humano sufrimos por el simple hecho de que deseamos cosas. Deseamos cosas que no tenemos. Deseamos cosas que tienen los demás. Deseamos cosas que hemos perdido y no podemos recuperar. Deseamos conseguir, obtener, alcanzar, poseer.

El no conseguir algo que queremos genera un sentimiento de frustración que acaba mutando en sufrimiento. Y es un sufrimiento absurdo. Cierto que, como seres humanos que somos, siempre tratamos de mejorar con el tiempo. Pero... ¿a qué costa? ¿Vale la pena sufrir absurdamente por conseguir algunas metas?

Cuando dejamos de desear cosas y aceptamos que el mundo es así, que la vida nos da y nos quita, que la gente va y viene, que todo sucede por un motivo aunque no sepamos cuál es... cuando aceptamos todo eso y dejamos de desear, entonces somos realmente felices.



Supresión del deseo japa.

jueves, 28 de agosto de 2008

Males humanos

¿Qué es lo que nos hace humanos?

¿Es nuestra capacidad de razonar? ¿Es nuestra capacidad de recordar? ¿Es nuestra capacidad de inventar? ¿Es nuestra capacidad de amar?

Muchas veces desconectamos nuestro lado racional y/o emocional y nos dejamos llevar por nuestros puros instintos. No hay nada malo en los instintos, pues son naturales, igual que los de los animales. No hay nada de malo en que un antílope coma hierba ni un león se coma luego al antílope.

Lo que nos hace humanos es nuestra capacidad para diferenciar el bien del mal, para elegir hacer el bien o el mal.

Porque hay muchísima gente en el mundo que es mala por voluntad. Nadie es malo por naturaleza, igual que nadie es bueno por naturaleza. Nosotros elegimos el ser buenos o ser malos. Decidimos qué hacer con nuestras vidas, qué camino tomar, qué pasos dar, qué elecciones tomar.

Y las personas que eligen hacer el mal son las que dan mala fama a la humanidad.




Elecciones japas.

jueves, 21 de agosto de 2008

El poder del tiempo

Parece mentira que algo tan simple, como el tiempo, ese que pasa incesantemente, tenga tanto poder. Algo que nadie puede controlar, simplemente está ahí, y llena tu vida totalmente sin que tú siquieras puedas intervenir en ello.

El tiempo es poderoso, y así lo demuestra todo aquello que va dejando a su paso. El tiempo puede curar heridas. Puede hacer olvidar problemas. Consigue transformar en pasado el presente, y este a su vez en futuro. Y lo más importante aún, el tiempo puede hacer que llegues a querer lo que antaño no imaginabas que desearías, ni por asomo.

El problema del tiempo, es que cuando necesitamos que vaya deprisa, va despacio, y viceversa. Tiene la peculiaridad que cuando algo va bien, parece que se esfuma de la velocidad a la que pasa, y sin embargo, cuando necesitamos que pase rápido, para olvidar o sanar, la espera se hace eterna.

Como dice una gran frase: "El tiempo hace y deshace lo que logra hacer."

Odio al tiempo. Igual que lo amo. Me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado otras que no cambiaría por nada. Ahora, el tiempo ha hecho su papel. Me toca tomar las riendas a mí. Pues bien, que así sea, y si no lo consigo, será sólo culpa mía. Porque el tiempo habrá hecho su trabajo.

Un brindis, para los que saben cómo aprovechar su tiempo.

martes, 19 de agosto de 2008

El verdadero valor de las palabras

Somos como almas en pena que vagan por el mundo, pues nos sabemos condenados antes de morir. Como hemos dejado de creer en el más allá, directamente nos castigamos en esta vida de mierda.

A lo que iba. Continuando con el tema del fotolog (para variar), las palabras sólo tienen valor cuando les aportamos un significado. Cuando queremos decir con ellas lo que realmente sentimos.

El problema de las palabras es que la mayoría de las veces mienten. Y si decimos una cosa que después ya no sentimos, pierde todo su valor y todo su significado. Y, de decir la verdad, pasamos a mentir. Nuestras palabras, antes tan maravillosas, al final acaban siempre mintiendo y ya no tienen sentido nuestros "te quiero" ni nuestros "te echo muchísimo de menos". Mentiras, y más mentiras.

Sin embargo, el primo hermano de las palabras nunca miente. Y se llama Silencio. Hay silencios tan significativos, o más, que las propias palabras. Solemos decir aquello de "el que calla otorga". Y es verdad. El silencio no puede mentir.

Al final, cariño mío, hemos conseguido demostrar que las palabras sólo sirven para mentir.

239 mentiras japas.

sábado, 16 de agosto de 2008

Fondo

La verdad es que llevo bastante tiempo hecho un asco. Estoy deprimido, hundido casi hasta el fondo. Espero que pronto llegue el día en que mis pies toquen en lo más profundo de la miseria para poder impulsarme hacia arriba y nadar hasta la superficie. Me encuentro ahora en el andén de una estación de trenes, esperando que pase uno que me lleve hacia un buen destino en el que mi dolor y mi tristeza hallen descanso y paz. Mi corazón se oxida con cada lágrima que brota de mis ojos e intento cerrar la herida que en mí se ha abierto con alcohol, pero nada me llena ahora como la desesperanza y la amargura. Espero una señal, una oportunidad que me vuelva a traer felicidad y un sólido amarre a esta fría y traidora realidad. Lo que no sé es si conseguiré esperar tanto tiempo. Todas mis fuerzas se desvanecen con la luz un sol que ya no hace sino dañarme y mostrarme el pozo del que no encuentro manera de salir. De pequeño ilusiones se tienen. Luego las pierdes, como el pelo y los dientes. La única verdad es que todo es mentira.

Como decía un viejo amigo mío: no te fíes nunca de lo que te digan, y de lo que veas fíate solo la mitad.



S.C.D.

jueves, 14 de agosto de 2008

La rebelión de las palabras

Las palabras son unos entes abstractos que vagan por lo etéreo buscando una boca que las pronuncie. Y cada palabra pronunciada no es en vano. Es algo valioso, maravilloso, personal, único. Y el ser humano pervirtió las palabras dándoles forma y atrapándolas en papel.

Pero un día las palabras se rebelarán contra sus carceleros. Habrá una guerra, y las palabras se volverán contra todos aquellos que hicieron mal uso de ellas. Aquellos que las usaron para robar, mentir, manipular y violar serán castigados.

Serán castigados duramente. Se les arrancará la lengua para que no puedan hacer uso de la palabra. Se les quemarán los oídos para que no puedan escuchar una sola palabra. Se les arrancarán los ojos para que no puedan leer. Se les cortarán los dedos para que no puedan escribir.

Al final, tus propias palabras se volverán contra tí.

La vida no es más que una sucesión de palabras que conducen irremediablemente a nuestra tumba. Y las palabras de tu epitafio serán las únicas palabras que la gente sabrá de tí. Así que elígelas con cuidado.

Palabras japas.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Cuestión de prioridades

Eso es la vida. Ya se lo comenté aquí al amigo Japa hace un par de semanas. Ni más ni menos que una simple sucesión de prioridades.

Tú decides a qué le das más importancia. Tus estudios, tu trabajo, tu familia, tus amigos, tu amor, etc. Y al final, el orden que decidas, y la importancia que le des a cada una de esas cosas, definirá tu propia vida.

No puedes cerrarte sólo en una o dos de estas opciones, porque las demás están ahí y es imposible hacerlas desaparecer.

Y así con todo. Yo, tristemente, le doy en muchas ocasiones más importancia a mi vergüenza que a mis ganas. ¿Resultado? Perder lo que quieres por no intentarlo siquiera. Y luego, el arrepentimiento. Y los ya famosos "a la próxima...", "como se me presente otra ocasión igual..."; etc.

Y una mierda. Tropezamos una y otra vez, en las mismas piedras, como ya dije antaño.

Y como esta, millones de tipos de problemas que se resuelven simplemente aplicando la prioridad que creas adecuada. ¿Estudio o salgo de fiesta? ¿Me voy con mis amigos o con mi familia? ¿Vivo el presente o empiezo a formar mi futuro? ¿Me callo o no me callo?

Un brindis, por los que tienen como prioridad no callarse, ser sinceros, decir la verdad siempre. Por los que saben organizar bien su vida en torno a dichas prioridades sin arrepentirse más adelante. Por los que nos enseñan a los demás día a día, que la vida es un puzzle, y que somos nosotros los que tenemos que ensamblar las piezas para formarla en torno a nuestras necesidades.

Y mientras tanto, seguiré teniendo claras mis prioridades, aunque no pueda luchar contra ellas.

martes, 12 de agosto de 2008

Madurez

Quizás no debería vanagloriarme de algo de lo que no soy excesivamente, la verdad. Porque, en muchos aspectos humanos, soy una persona inmadura, egoísta y caprichosa. Pero sí sé de unas cuantas cosas que te enseña a la vida. No sé si la vida le enseña a todo el mundo las mismas lecciones, supongo que no. Pero todas las lecciones que la vida te enseña merecen la pena. Sin duda. Todas y cada una de ellas.

Por eso es mejor tener que pasar por todas esas lecciones, lecciones valiosas, pues te ayudan a comprenderte a tí mismo y a comprender mejor este jodido mundo. El que no quiere aprender, es porque no quiere. Y él sabrá por qué no quiere. Eso sí es ser inmaduro.

En fin, podría tirarme horas y horas escribiendo sobre cosas que no tienen sentido ni me llevan a ninguna parte. Por eso dejo aquí este texto, dedicado a todos aquellos (en especial a una persona muy "madura") que se vanaglorian de ser inmaduros, que presumen no haber aprendido nada de la vida y que se mienten a sí mismos:






Madura


Madura, niñata,

No es ninguna tortura.

No es la vía más fácil

Ni tampoco la más dura.

Me acusas de lo que eres,

Confundiéndolo con locura,

Hace tiempo que rompí

Mis cadenas y ataduras.

Madura, niñata,

Déjate de aventuras,

Déjate de lágrimas,

Déjate de amarguras.

Te crees muy mayor

Por hacer una escultura,

Por usar papel mojado

O mancharte de pintura.

Eso es de niños pequeños.

A ver si te enteras:

¡MADURA!

Te echarás a llorar

A la primera desventura.

Descubrirás demasiado tarde

Tu vida en la basura.

A ver si te enteras:

¡MADURA!

S.C.D.










El que no aprende nada de la vida es porque no quiere.

sábado, 9 de agosto de 2008

La razón y la incertidumbre

El ser humano es un animal muy curioso. Nace, crece, se reproduce y muere, como los demás. Sin embargo, posee un don divino llamado razón, aunque no todos los seres humanos hagan uso de él. O uso racional de él. Dicen que nacemos con el don de la razón. Otros afirman que es una característica que va desarrollándose en el ser humano conforme va creciendo. Tanto da.

Razón. Nos sirve para pensar, para preguntarnos el qué de las cosas, el porqué, el cuándo, el cómo, el dónde. Nos sirve para razonar, para deducir, para llegar a conclusiones, para resolver problemas.

Sin embargo, Dios al darnos el don de la razón, también nos dio el don de la incertidumbre. Nos preguntamos el qué, el porqué, el cuándo, el cómo y el dónde, pero cuando no llegamos a una conclusión que nos satisfaga, cuando no conseguimos deducir el proceso o resolver el problema nace la poderosa incertidumbre.

Algunas de esas incertidumbres, principalmente científicas, han ayudado al ser humano a avanzar hacia un mundo más cómodo. No más feliz, pero sí más cómodo. Y otras, las incertidumbres personales, han ayudado a destrozar sociedades, razas, familias, amores, amistades, almas y corazones.

Todo don de Dios viene acompañado de una maldición. Y el don de la razón viene acompañado de la maldición de la incertidumbre. Porque la incertidumbre, allí donde la razón nos aporta seguridad, sólo aporta sufrimiento, inseguridad, miedo y dudas.

El ser humano es un animal muy curioso que prefiere obtener respuestas dolorosas, conocer la maldita y cruel realidad, a verse condenado a sufrir la más ligera incertidumbre.

Porque las únicas respuestas que proporciona la incertidumbre son “tal vez”, “quizás”, “no sé”, “a lo mejor”, “ojala”, “no puede ser que”, “no se me pasa por la cabeza”, “que no sea eso”, “todo menos eso”…

Y la incertidumbre a veces duele tanto como la sensación de impotencia.


Razonamiento japa. Incertidumbre japa.

jueves, 7 de agosto de 2008

La estupidez humana

Hasta donde puede llegar en ocasiones esta "faceta" del hombre. Y básicamente, esta entrada, porque considero que acabo de realizar una gilipollez del tamaño de una casa.

Parece mentira la de veces que nos equivocamos, bien por precipitación, bien por pura y dura equivocación, bien por nuestra propia estupidez. Tachamos a los demás por sus defectos, sin darnos cuenta que nosotros cometemos tantos o más, e incluso peores. Más aún, al criticar a otro por ello, es un propio error, luego uno más que sumar a la lista.

En esto se basa la estupidez del ser humano. En caer una y otra vez en los mismos errores, no aprender de ellos, y para colmo, no reconocerlos bien en el momento, bien nunca. Bien conocida es la frase "El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra"; pues bien, yo añado algo más, "El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra, y no es capaz de girarse y ver dónde está para no hacerlo de nuevo más adelante".

¿Cómo podemos tener la desfachatez de ver siempre la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio? Por muy grande que sea una de nuestras cagadas, siempre seremos capaces sin problema alguno de repetirlas, una y otra vez, como si de un disco rayado se tratara. Y para colmo, no contentos con eso, restregamos a los demás sus fallos por minúsculos que sean, cuando ellos no nos muestran los propios para no herirnos.

Vuelvo a lo de mi primer escrito: Puta hipocresía, empezando por la mía.

Para esta ocasión, cogeré otra copa. Pero una copa vacía. Y la levanto, y brindo por mí mismo, por mi estupidez, por lo absurdo de mis reacciones, y por ser tan gilipollas de no aprender y tratar a los demás como debería.

Lo siento.

¿Y eso de la libertad de expresión?

Bueno, dejemos las cosas claras desde el principio: no existe la libertad.

No existe la libertad de expresión ni la libertad de cualquier otro tipo. Es una pura falacia. Libertad. ¿Acaso no resulta tan abstracto hablar de libertad como hablar de Dios? O quizás es que, para mí, Dios sea mucho más real que la libertad.

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste libre? Supongo que recuerdas con añoranza tus días de chico pequeño, cuando tus únicas preocupaciones eran volver del cole a ver la tele y jugar con los amigos a las canicas. Porque, en cuanto creces, todas tus preocupaciones se convierten en estudiar para sacar buenas notas y currar para tener pasta que gastarte los fines de semana.

En cuanto crecemos nos damos cuenta de que somos esclavos del sistema. No existe la libertad total y absoluta, porque por cada concesión que el sistema nos permite nos exige algo a cambio. Nos van poniendo grilletes invisibles mientras vivimos una ficticia libertad.

Algo así le pasa a la libertad de expresión. Es algo que no existe, ya que no podemos decir alegremente "Gora E**" o "Muerte al R*y", son frases penadas por la ley. En realidad no está permitido decir y expresar libremente lo que piensas, hay miles de tramas intremezcladas que coartan tu libertad de expresión.

Pero, claro, vivimos en un país libre. Creyéndonos libres, sabiéndonos esclavos. Nos tapan la boca con una mordaza que permite escupir unas pocas palabras, agradables para sus oídos.

Yo os digo que les escupamos todas nuestras palabras en su puta cara.





Escupitajos japas.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Sobre el sentido y el sentimiento




No hace falta salir a la calle para comprobar a qué nos ha conducido la sociedad actual. Basta con mirar la tele y comprobar que ya nada se parece a lo que era antes. Basta mirar los anuncios para saber qué es lo que nos venden: sentido, materialidad, consumo.


Así es nuestra sociedad. Una sociedad de consumo, de materialidad, de sentido. Ya no importan los sentimientos, ahora importa sentir. Pero... ¿te has llegado a plantear el porqué? ¿Qué es lo que hay detrás de tanto sentir?


Ahora nos venden que lo único que importa es sentir, es tocar, es desear, es complacerse a uno mismo, es poseer. Quieres poseer todo aquello que se te antoje. Por eso sólo vemos por la tele anuncios sobre coches, perfumes, sexo, drogas, alcohol, tabaco... Lo importante es tener, es darse el gustazo de poseer todo lo que uno desee.


El sentimiento ha quedado aparcado. ¿Por qué? Porque los sentimientos nos mueven a actuar por y para los demás. Los sentimientos son la amistad, el amor, la pena, la misericordia. Pero a los que mandan no les interesa ayudar a los demás, sólo desean ayudarse a sí mismos. Y por eso nos venden su propia idea del mundo, para que nos olvidemos de los demás.


Vivimos en un mundo en el que los sentimientos han quedado de lado. Ya no vale de nada la amistad ni el amor. Ya no importan los amigos ni las parejas. Ya no importan los "para siempre" ni los "te quiero". Lo único que importa hoy en día es el yo, YO, YO, YO, YO, YO, YO, YO!!!


Y, al matar a los sentimientos, nos volvemos egoístas. Vivimos en un mundo superficial y falso, donde todos se mueven por interés propio y los demás no importan. Es por eso que hoy en día está tan devaluada la amistad y tan desgastado el amor. La compasión y el perdón son para los débiles, nos dicen. Y nosotros lo acabamos creyendo.


Pero, como se dijo en una ocasión, perdonar es de reyes.


Tú decides, como siempre. Así es el juego de la vida: un conjunto de decisiones que te conduce a la muerte. No hay otra salida. No podemos elegir cómo morir, pero sí podemos elegir cómo vivir.


Sentir. ¿De sentimiento o de deseo?



Sentimientos japas.

lunes, 4 de agosto de 2008

Locos, bienvenidos a la continua REinvención del YO

Deivid (alias Mapa, alias Lord, alias David) abrió este blog, que hemos decidido compartir y ampliar. Porque ya que nos conocemos de tanto y nos rallamos el uno al otro nos dijimos... ¿por qué no rayar tb a los demás? Así pues, sin más dilación, escribo aquí mi primera entrada:


LA AMISTAD
Mucha gente pasa a lo largo de nuestra vida. Y a lo ancho, no se vaya a creer usted que no. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y, al final, morimos. Es el eterno ciclo de la vida que muchos se empeñan en no entender.
La cuestión es que, gracias a no se sabe quién, pasamos a convertirnos en seres sociales, a tener relaciones sociales, posiciones sociales y clubes sociales. En nuestras relaciones de cada día, los amigos cuentan un papel muy grande. Sin nuestros amigos no seríamos nada.
Porque quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Y quien gana un amigo, gana algo para el resto de su vida.
Esta misma tarde estaba discutiendo con una amiga si la amistad puede ser cuantificada. Yo creo que desde un punto puramente subjetivo, sí. Porque aunque tú sabes lo importantes que son para tí ciertas personas, no sabes cómo de importantes eres tú para ellas. Por eso existen varias categorías de "amistad".
Están, en primer lugar, las personas ocasionales. Pueden ser vecinos, compañeros de clase, compañeros de universidad, viejos colegas del barrio, conocidos ocasionales, amistades de botellón... son esas personas que ni te van ni te vienen, que ni te molestas en pedirles su número de tlfn o su msn, pero que te caen bien y eres amable con ellos cuando te cruzas por la calle o cuando os veis por tener amigos comunes.
En segundo lugar están los colegas, esas personas con las que tienes una relación más o menos establecida, hablas frecuentemente y quedas con ellos, pero en los que no confias de verdad, porque sólo son tus colegas. No son amigos de verdad. Los colegas aparecen y desaparecen de tu vida, y pueden cambiar de categoría.
En último lugar, y no por ello menos importantes, están los amigos. Los amigos son personas que, cuando entran en tu vida, nunca se van de ella. Comparten contigo toda su existencia, su confianza, su vida y su amor. Los amigos no te abandonan y están a tu lado en los momentos más difíciles. Y te demuestran que puedes poner en ellos toda tu confianza, tu esperanza, tus sueños y tu vida, porque los cuidarán y lucharán por ellos como si fueran propios.
A lo largo de la vida, muchas personas vienen y se van. Y muy pocas se quedan. Y son ésas las que valen la pena. Son ésas las que hacen de la vida algo que vale la pena.
Asi que, recuerda. Los colegas son esos que te dicen "cuenta conmigo siempre y llámame cuando lo necesites". Los amigos de verdad no te lo dicen. Te lo demuestran. Y te llaman.
Un brindis por ellos.

viernes, 1 de agosto de 2008

La hipocresía



Yeeeeha, ya estamos aquí...



Bueno, pues la presentación oficial de este blog...Por ahora, a falta de reunir mas fichajes de calidad, aquí la presentación de los dos autores, Japa, y el que aquí escribe, Mapa.



Tras meditarlo durante cosa de 20 segundos, se ha tomado la decisión deabrir este blog para soltar al mundo todas nuestras rayadas,parrafadas, estúpideces, y demás historias que forman nuestras vidas.Aún falta por modificar muchas cosas, como fondo y demás, y aprender ausar esto bien, pero poco a poco lo sacamos adelante.

Y sin más, y para que esto no quede en una simple y aburrida presentación, ahí va mi teoría vital del día:


LA HIPOCRESÍA



Vivimos en un mundo, donde la hipocresía está a la orden del día. Queremos que nos traten bien, que todo nos venga de cara y todo sea precioso y bonito para nosotros. Si bien, cuando esto lo solicitan las demás personas, empezamos a poner pegas.

Y la principal causa, nuestra memoria. ¿Cuántas veces nos han salvado el pellejo, tanto amigos, familiares o incluso desconocidos, y a la hora de prestar nosotros ayuda nos asaltan las dudas? Qué facil y que agradable resulta todo cuando las cosas van viento en popa, sin preocuparnos lo suficiente por descubrir cuál es la causa de que todo vaya bien. ¿Será el destino? ¿La suerte? ¿Algún alma caritativa que nos ayude desde algún lugar quién sabe donde? ¿O tal vezserá la gente que nos rodea, con la que nos cruzamos a diario, con la que trabajamos, con la que nos divertimos, con la que sufrimos?

En definitiva, esa gente que forma la sociedad en la que vivimos día a día. Esa gente que un día da la cara por tí, y al dia siguiente rehuyes de esa misma responsabilidad dejándole, como se suele decir, con el culo al aire. Esa gente que te apoya cuando decides hacer algo, y cuando otra persona va a intentar lo mismo, eres el primero en ponerle la zancadilla.

No hay duda de que todos somos hipócritas, en mayor o menor medida, pero lo somos. Pero hay gente que supera determinados límites. Gente que ayer te estaban agarrando la mano para salir adelante, y que hoy, sin embargo, estan clavándote un cuchillo en la espalda, a tí o a otro. Gente que ha conseguido algún fin, gracias en gran parte a la ayuda de los demás, y que ahora se dedica a hacer esa misma meta mucho más difícil para los que vienen detrás, sin darse cuenta que eso también es tirar por tierra el esfuerzo que hicieron con ellos antes. Gente que pide agua, y mañana te dará un vaso vacío.

Para toda esa gente, yo tengo un vaso lleno. Y lo levanto, y brindo por ellos. Y por su hipocresía. Y por el valor que tienen demostrándolo. Y como no, brindo una última vez, pero en esta ocasión, por que se cayen, porque se vayan y no molesten, por que no consigan sus metas, ya que no lo pondrán fácil a los que lleguen después.

Y si el día de mañana, aprenden de sus errores y cambian, brindaré por ellos. Porque puedo ser un hipócrita, pero también conozco la lección.