miércoles, 13 de agosto de 2008

Cuestión de prioridades

Eso es la vida. Ya se lo comenté aquí al amigo Japa hace un par de semanas. Ni más ni menos que una simple sucesión de prioridades.

Tú decides a qué le das más importancia. Tus estudios, tu trabajo, tu familia, tus amigos, tu amor, etc. Y al final, el orden que decidas, y la importancia que le des a cada una de esas cosas, definirá tu propia vida.

No puedes cerrarte sólo en una o dos de estas opciones, porque las demás están ahí y es imposible hacerlas desaparecer.

Y así con todo. Yo, tristemente, le doy en muchas ocasiones más importancia a mi vergüenza que a mis ganas. ¿Resultado? Perder lo que quieres por no intentarlo siquiera. Y luego, el arrepentimiento. Y los ya famosos "a la próxima...", "como se me presente otra ocasión igual..."; etc.

Y una mierda. Tropezamos una y otra vez, en las mismas piedras, como ya dije antaño.

Y como esta, millones de tipos de problemas que se resuelven simplemente aplicando la prioridad que creas adecuada. ¿Estudio o salgo de fiesta? ¿Me voy con mis amigos o con mi familia? ¿Vivo el presente o empiezo a formar mi futuro? ¿Me callo o no me callo?

Un brindis, por los que tienen como prioridad no callarse, ser sinceros, decir la verdad siempre. Por los que saben organizar bien su vida en torno a dichas prioridades sin arrepentirse más adelante. Por los que nos enseñan a los demás día a día, que la vida es un puzzle, y que somos nosotros los que tenemos que ensamblar las piezas para formarla en torno a nuestras necesidades.

Y mientras tanto, seguiré teniendo claras mis prioridades, aunque no pueda luchar contra ellas.

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