jueves, 7 de agosto de 2008

La estupidez humana

Hasta donde puede llegar en ocasiones esta "faceta" del hombre. Y básicamente, esta entrada, porque considero que acabo de realizar una gilipollez del tamaño de una casa.

Parece mentira la de veces que nos equivocamos, bien por precipitación, bien por pura y dura equivocación, bien por nuestra propia estupidez. Tachamos a los demás por sus defectos, sin darnos cuenta que nosotros cometemos tantos o más, e incluso peores. Más aún, al criticar a otro por ello, es un propio error, luego uno más que sumar a la lista.

En esto se basa la estupidez del ser humano. En caer una y otra vez en los mismos errores, no aprender de ellos, y para colmo, no reconocerlos bien en el momento, bien nunca. Bien conocida es la frase "El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra"; pues bien, yo añado algo más, "El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra, y no es capaz de girarse y ver dónde está para no hacerlo de nuevo más adelante".

¿Cómo podemos tener la desfachatez de ver siempre la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio? Por muy grande que sea una de nuestras cagadas, siempre seremos capaces sin problema alguno de repetirlas, una y otra vez, como si de un disco rayado se tratara. Y para colmo, no contentos con eso, restregamos a los demás sus fallos por minúsculos que sean, cuando ellos no nos muestran los propios para no herirnos.

Vuelvo a lo de mi primer escrito: Puta hipocresía, empezando por la mía.

Para esta ocasión, cogeré otra copa. Pero una copa vacía. Y la levanto, y brindo por mí mismo, por mi estupidez, por lo absurdo de mis reacciones, y por ser tan gilipollas de no aprender y tratar a los demás como debería.

Lo siento.

2 comentarios:

Folladora De Mentes dijo...

Ya quisiera yo pensar que quien no me dice mis fallos es por no hacerme daño. Creo que hacen más daño sin decirlo...

Anónimo dijo...

Tranquilidad y buenos alimentos.

Es humano errar... pero sólo de sabios rectificar.

Espero que encuentres tu piedrecita y la tires bien lejos de tu camino